EL DOCTOR DE BOLIVAR

El Médico del Libertador, Doctor Alejandro Próspero Reverend.

Nacido en Francia el 14 de noviembre de 1796, llegó a Santa Marta en julio de 1824. A solicitud del general caraqueño Mariano Montilla, el galeno se encargó de atender al ilustre enfermo, Simón Bolívar, del cual no se apartó ni un solo momento desde su llegada a Santa Marta el primero de diciembre de 1830.
Elaboró treinta y tres boletines, detallando el estado de salud y el tratamiento administrado. Minutos antes del fallecimiento, salió brevemente de la habitación para expresar:
"Señores, si queréis presenciar los últimos momentos y postrer aliento del Libertador, ya es tiempo".

Realizó la autopsia cerca de la cocina de la residencia San Pedro Alejandrino (cedida por el generoso español Joaquín de Mier y Benitez). Al vestir el cadáver observó el mal estado de la camisa, exclamando (a los pocos oficiales que acompañaron al más grande de los venezolanos y americanos):
"Señores, el Libertador ni muerto merece una camisa rota". Es entonces cuando el general José Laurencio Silva le proporciona una.
Él, en su condición de médico de cabecera de Bolívar, no aceptó ni un centavo por los servicios dados al héroe de la patria.
Reverend estuvo presente en noviembre de 1842, con motivo de identificar los restos para ser repatriados.
Visitó Caracas en 1867, donde el Presidente, el General Juan Crisóstomo Falcón, lo condecoró y asignó sueldo vitalicio como Cirujano Mayor del Ejército Libertador. Posteriormente, en 1874, el Presidente Antonio Guzmán Blanco, lo designó ilustre Prócer de la Independencia y lo condecoró con el Busto del Libertador. Reverend donó un Nódulo Calcáreo, que había extraído del pulmón izquierdo durante la autopsia.
El distinguido galeno, siempre expresaba:
"No tengo más título, que el de haber sido, el último médico de Simón Bolívar".
Falleció en Santa Marta el primero de diciembre de 1881, casualmente el día y mes de la llegada de Bolívar a la hospitalaria residencia.
Reverend tenía 85 años de edad. Sus restos estuvieron extraviados, pero hoy se encuentran en el Oratorio de la Capilla de la hacienda de San Pedro Alejandrino.
soraya Elena Hage Pizani

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